Un post post-Bukowski

Debe ser que anduve leyendo mucho Bukowski. Mientras escribo tomo mates y es al mediodía. Si fuese él o alguno de sus réplicas imaginarias que plagan sus libros estaría tomando lo que encuentre en mi camino con alcohol y no existiría el sol. Sucio, divertido, oscuro, dramático, perverso. Por momentos la lectura es masturbante, automasturbante. En otros es autoflagelante.

El pasado ya no existe. Eso lo sé.
El futuro... aún no está aquí... sea el que sea.
Así que... lo único que hay es esto: El presente.

(Don Johnston en Broken Flowers).

No es que sea espectacular lo que dijo ni de una gran sabiduría, ¿pero a quién coños le importa? (consecuencias de una traducción hecha por algún gallego). Una observación es genial, y cuanto más reflexiva, mejor.

Pero a lo que venía es al comienzo de un año. El número cambió. Pero todo sigue condenadamente igual, ¿no? (consecuencias de una traducción hecha por algún gallego bis).

Tampoco es cuestión de ser pesimista. Nunca es tarde para convertirse en alcohólico.